China ajusta su modelo económico hacia un desarrollo más sostenible y de mayor calidad

China está reestructurando su modelo económico, pasando de un enfoque en el crecimiento rápido y las exportaciones masivas a uno que prioriza la calidad y sostenibilidad del desarrollo. Esta transición refleja la intención del gobierno chino de crear una economía más equilibrada y resiliente a largo plazo.

En las últimas décadas, el crecimiento económico de China se ha basado en un fuerte impulso hacia las exportaciones y una industrialización acelerada. Sin embargo, el país está iniciando una transición hacia un modelo que busca equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental y la calidad de vida de sus ciudadanos.

Según el presidente Xi Jinping, China ya no se enfoca únicamente en alcanzar altas tasas de crecimiento, sino en promover un crecimiento más equilibrado, inclusivo y respetuoso con el medio ambiente. El enfoque ahora está en la innovación tecnológica, la modernización de la infraestructura industrial, y el impulso del consumo interno para reducir la dependencia de las exportaciones.

Además, el gobierno está tomando medidas para frenar el impacto ambiental causado por décadas de desarrollo acelerado. Esto incluye la promoción de energías renovables y la reducción de emisiones contaminantes, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060. La política económica también está poniendo mayor énfasis en sectores como la tecnología, la biotecnología y la inteligencia artificial, impulsando a China como un líder en innovación.

Este cambio no solo busca una economía más sostenible, sino también una mayor estabilidad frente a las fluctuaciones del comercio global, especialmente en un entorno cada vez más competitivo y afectado por tensiones geopolíticas.